
Hace un tiempo afirmaba Matt Brown, director regional de África en The Nature Conservancy, que «podría haber un incremento en la caza furtiva sobre la vida silvestre como resultado de la recesión económica global por el COVID-19». No se equivocaba. La caza furtiva ha repuntado en los últimos dos meses en África, y otros continentes como Asia y Suramérica, debido al COVID-19. Con las fronteras cerradas y sin el aporte económico del turismo, las reservas naturales de muchos países africanos no pueden mantener su actividad y se han visto forzadas a despedir a gran parte de su plantilla. Los rangers, ahora menores en número, no disponen de los medios ni los recursos suficientes para controlar a todos los cazadores furtivos que se adentran en los parajes naturales de África aprovechando la situación. Sin turistas ni ojos que les vigilen, los cazadores furtivos han visto cómo su área de campeo se ha ampliado enormemente. En efecto, desde que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declara el brote del nuevo coronavirus SARS-CoV-2 como pandemia global el 11 de marzo, los reportes de caza ilegal sobre grandes mamíferos no han hecho más que crecer.

Sudáfrica cerró sus fronteras el 23 de marzo. Desde entonces, Nico Jacobs, fundador de la organización sin ánimo de lucro Rhino 911, ha intervenido en decenas de intentos de caza furtiva de rinocerontes blancos (Ceratotherium simum) y negros (Diceros bicornis), a razón de casi una intervención diaria. El 25 de marzo Jacobs detectó una hembra de rinoceronte blanco muerta con su cuerno expoliado. El 26 de marzo se encontró con dos rinocerontes negros sin cuernos. Ambos fallecieron a las pocas horas. Para finales de marzo, ya habían sido cazados siete rinocerontes en la parte norte de Sudáfrica. Para el 8 de abril, ya eran nueve los rinocerontes muertos a manos de cazadores furtivos en toda Sudáfrica y al menos 6 (confirmados oficialmente) en Botsuana, otro país del sur africano. Aunque puedan parecer cifras bajas, son de enorme relevancia en grandes mamíferos como estos, ya que sus tasas reproductivas son muy lentas y las hembras solo tienen una cría por cada período de gestación. Además, muchas especies están amenazadas o en peligro de extinción: la población mundial de rinoceronte negro, catalogado como En Peligro Crítico de Extinción, ha disminuido un 97,6% desde 1960, principalmente por la caza furtiva.
Todas las cacerías mencionadas en el párrafo anterior ocurrieron en zonas que eran turísticas antes de la pandemia del COVID-19, pero que ahora están desiertas. La mayoría de reservas naturales de África se subvencionan con el turismo, como ocurre en Sudáfrica, Botsuana, Tanzania, Kenia y otros tantos países africanos. Se estima que entre 30 y 39 mil millones de dólares al año eran recaudados por estas reservas, un fondo ahora inexistente y que amenaza la conservación de la megafauna africana. Rinocerontes y elefantes, sobre todo, están a merced de los cazadores furtivos. Como bien resume Andrew Campbell, de la organización sin ánimo de lucro Game Rangers Association of Africa: «todo esto ocurre porque, sin turismo, no hay dinero». En abril ya habían cerrado todos los parques nacionales de Ruanda, algunos de los cuales albergan al gorila de montaña (Gorilla beringei beringei), el parque nacional Virunga en la República Democrática del Congo y el parque nacional Kruger en Sudáfrica. «Estos animales [rinocerontes y elefantes] no solo se encontraban protegidos por los rangers, también por los turistas. Si eres cazador furtivo, no vas a cazar en lugares donde haya muchos turistas; te dirigirás a lugares donde hay muy pocos o ninguno», en palabras de Tim Davenport, director de los programas de conservación de Wildlife Conservation Society.

La situación en Kenia es igual o más preocupante que la vivida en Sudáfrica. Aquí muchos rangers que trabajaban para el gobierno o para entidades conservacionistas privadas han perdido su trabajo. No hay turismo, no hay ingresos y el furtivismo se ha disparado. Los aproximadamente mil millones de dólares que recaudaban los parques nacionales al año por el turismo han desaparecido para este 2020. «Desde las restricciones impuestas en el país hace dos meses por el COVID-19, hemos visto un incremento alarmante en la caza furtiva», según afirma Sanjayan Muttulingam, director ejecutivo de la Conservation International. Peter Meshemi y otros setenta rangers están desbordados ante el incremento de la caza ilegal de elefantes, antílopes, leones y leopardos que se ha producido en la reserva natural Loisaba Conservancy, ahora con una plantilla de rangers reducida a la mitad. Además, el trabajo de los rangers se ve ralentizado por las medidas sanitarias para evitar el contagio del SARS-CoV-2: tienen que patrullar con las respectivas medidas de seguridad y dormir en cuarteles comunes durante semanas. Su menor número y la ausencia de tests de diagnóstico hacen que los rangers se sientan vulnerables y con miedo ante sus dos amenazas, los cazadores furtivos y el virus.

El 27 de abril el Ministerio de Medioambiente, Conservación de Recursos Naturales y Turismo de Botsuana comunicó que «somos muy conscientes de que los cazadores furtivos podrían intentar aprovecharse del confinamiento y la ausencia de movimiento turístico en zonas remotas para llevar a cabo sus actividades ilegales». Efectivamente, los cazadores se adentraron en varios parajes naturales del país en busca de rinocerontes. La situación se ha vuelto tan tensa en Botsuana, que las autoridades de fauna silvestre del país, con la ayuda de Rhinos Without Borders, han decidido evacuar a todos los rinocerontes negros de la reserva del delta del Okavango, ahora sin turistas, a un nuevo hábitat confidencial. Cuando digo todos los rinocerontes, son los escasos 20 rinocerontes negros que habitan esta reserva. «Lo único que puedo decir es que se están tomando todas las medidas necesarias para proteger a nuestros rinocerontes. No estoy en posición de hablar sobre ningún detalle sobre las operaciones actuales», cuenta Cyril Taolo, director interino del Departamento de Fauna Silvestre y Parques Nacionales de Botsuana. En lo que va de año ya son veinte los rinocerontes cazados en el país.
La situación que se está viviendo actualmente en el continente africano es “la mayor amenaza al mundo de la conservación que hayamos visto nunca”. Los cazadores furtivos no solo están poniendo el punto de mira en rinocerontes y elefantes, también en búfalos, antílopes e incluso leones. En un reportaje de Claire Marshall para la BBC se expone el enorme problema que se está viviendo en Kenia y en prácticamente todas las reservas africanas. Podéis verlo en el siguiente vídeo:
Pero la caza furtiva no solo se ha extendido en África, también en Suramérica y Asia. La falta de turistas también ha provocado que el furtivismo aumente en Colombia, Camboya, la India y otros países durante el confinamiento. En Colombia, por ejemplo, la asociación Panthera reporta la caza ilegal de pumas, jaguares y ocelotes. Para el 4 de mayo ya se habían cazado cinco jaguares, un puma y un ocelote. En Camboya, en el sudeste asiático, se ha constatado el envenenamiento de tres ibis gigantes (Pseudibis gigantea) y la caza de más de cien polluelos de tántalo indio (Mycteria leucocephala) en el humedal Ramsar Prek Toal. Tres ibis gigantes quizás no os parezca una cifra alarmante, pero es que solo quedan entre 200 y 300 ejemplares adultos en todo el planeta (lo que supone una reducción del 1-1,5%). En India, por otra parte, desde principios de marzo está repuntando la caza ilegal de tigres, diferentes especies de ciervos y otros grandes mamíferos. Para el 10 de mayo ya se había encontrado el cadáver de un rinoceronte indio (Rhinoceros unicornis) en el parque nacional Kaziranga en Assam (India), con varios cartuchos de AK-47 a su alrededor. Este parque nacional alberga la mayor población mundial de esta especie. En Bangladesh ya son dos los delfines del Ganges (Platanista gangetica) cazados ilegalmente en el río Halda desde que el país declaró el confinamiento social, según palabras de Manzoorul Kibria, coordinador del Halda River Research Laboratory. Los furtivos extrajeron la grasa corporal de ambos delfines con el fin de vender su aceite para la “medicina tradicional“.
De no mejorar la situación económica de las reservas naturales de estos países durante y tras el confinamiento por el COVID-19, el furtivismo acabará imponiéndose a la conservación de la naturaleza. Se hace urgente buscar nuevos planes de inversión, además del turismo, que subvencionen la conservación. Algunos rangers ya advierten que la caza furtiva seguirá aumentando tras el confinamiento: la crisis económica que acecha a los países africanos hará que el precio de la carne en el mercado ascienda, por lo que será más barato cazar animales que comprarla. «La conservación de la naturaleza no puede mantenerse solo con los ingresos del turismo o con donaciones. El COVID-19 nos está enseñando que damos por hecho que la naturaleza pueda ser explotada y parece que necesitamos perderla para que nos demos cuenta de su valor. La naturaleza, una vez perdida, no podremos recuperarla». Palabras de Hugo van der Westhuizen, de la Frankfurt Zoological Society.
Referencias:
1. Annie Roth. Poachers kill more rhinos as coronavirus halts tourism to Africa. The New York Times (08/04/2020). Disponible en: https://www.nytimes.com/2020/04/08/science/coronavirus-poaching-rhinos.html
2. Dina Fine Maron. Poaching threats loom as wildlife safaris put on hold due to Covid-19. National Geographic (10/04/2020). Disponible en: https://www.nationalgeographic.com/animals/2020/04/wildlife-safaris-halted-for-covid-boost-poaching-threat/
3. Helen Briggs. Coronavirus: fears of spike in poaching as pandemic poverty strikes. BBC News (16/04/2020). Disponible en: https://www.bbc.com/news/science-environment-52294991
4. Emma Newburger. Filthy bloody business: poachers kill more animals as coronavirus crushes tourism to Africa. CNBC (24/04/2020). Disponible en: https://www.cnbc.com/2020/04/24/coronavirus-poachers-kill-more-animals-as-tourism-to-africa-plummets.html
5. Antoaneta Roussi. Poaching fears rise after coronavirus empties Kenya’s national parks. Financial Times (01/05/2020). Disponible en: https://www.ft.com/content/2fe7e457-049f-42e6-aa19-42c31156868b
6. Dina Fine Maron. Botswana is evacuating black rhinos amid poaching threat. National Geographic (01/05/2020). Disponible en: https://www.nationalgeographic.com/animals/2020/05/botswana-evacuates-black-rhinos-amid-poaching-and-coronavirus/
7. Jane Dalton. Coronavirus: surge in poaching of endangered rhinos, jaguar and pumas as hunters emerge during lackdown. Independent (04/05/2020). Disponible en: https://www.independent.co.uk/news/world/coronavirus-poaching-wildlife-lockdown-rhino-jaguar-puma-cats-a9498231.html
8. How the Covid-19 pandemic is threatening Africa’s wildlife. BBC News (07/05/2020). Disponible en: https://www.bbc.com/news/av/world-africa-52564615/how-the-covid-19-pandemic-is-threatening-africa-s-wildlife
9. Rhino killed as poaching attemps increase amid India virus lockdown. Physorg (11/05/2020). Disponible en: https://phys.org/news/2020-05-rhino-poaching-india-virus-lockdown.html?utm_source=nwletter&utm_medium=email&utm_campaign=daily-nwletter
10. Killing of rare river dolphins sparks poaching fears in Bangladesh lockdown. Physorg (10/05/2020). Disponible en: https://phys.org/news/2020-05-rare-river-dolphins-poaching-bangladesh.html?utm_source=nwletter&utm_medium=email&utm_campaign=daily-nwletter
Recursos: Todas las fotografías de rinocerontes que se han usado en el presente artículo son obra de Nico Jacobs. La fotografía del elefante pertenece a Hannelie Rossouw.
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