
La nanotecnología es un término que se acuñó no hace más de 50 años, entendiéndose por ésta como la ciencia que se encarga de la investigación, síntesis y aplicación de materiales que se encuentran en la escala nanométrica, es decir, que miden entre 1 y 100 nanómetros. Estos nanomateriales gozan de distintas estructuras y propiedades que los hacen aptos para un sinfín de aplicaciones. Pero lo cierto es que no hemos inventado nada; los artesanos de la Roma del siglo IV ya eran grandes nanotecnólogos sin saberlo. Son varios los ejemplos nanotecnológicos premodernos. A todos nos impresionan y nos emboban las grandes vidrieras de las catedrales europeas de los siglos VI-XV, pero sus vivos colores se deben al uso de distintos tipos de nanopartículas (óxidos y metales). Los arquitectos de la época no sabían que estaban usando la nanotecnología como expresión artística sino que se basaron en la constante experimentación y búsqueda de materiales. Los artesanos mesopotámicos del siglo IX también usaban varias nanopartículas para generar un efecto resplandeciente en la cerámica. Otros ejemplos llamativos donde aparecen nanomateriales en la historia son las hojas de sable de Damasco (siglos XIII-XVIII), famosas por su afilada hoja, o el pigmento azul usado en el siglo IX por Mayas y Aztecas (compuesto por paligorsquita e índigo).

Poco a poco y gracias al avance tecnológico en el último siglo se han ido descubriendo los distintos «nanomateriales» que nos ofrece la naturaleza y sus propiedades. No fue hasta los años 90 cuando empezaron a ser activas las primeras compañías de nanotecnología; hoy día la manufactura de nanomateriales y las empresas dedicadas a ellos están en continuo crecimiento. Como se ha mencionado anteriormente, los nanomateriales creados a partir de la nanotecnología poseen gran cantidad de propiedades nuevas por su pequeño tamaño. Este pequeño tamaño, entre otras cosas, las hace más reactivas que sus coetáneas de mayor escala y les brinda la capacidad de interaccionar con muchos procesos biológicos, ya que estos procesos ocurren a estas escalas muy pequeñas. ¿Cuál ha sido el resultado del descubrimiento de sus propiedades? Pues que aumente considerablemente su uso en distintos campos por la cantidad de aplicaciones que otorgan. Estas aplicaciones van desde la medicina, electrónica o ecología hasta su uso en productos cotidianos como cremas solares, cosméticos, pigmentos para pinturas, recubierta de caramelos, etc. Aunque presenten diferentes formas (esféricas, elipsoidales, ramificados o tubulares), las nanopartículas presentan diferente composición química, y es esta composición la que les confiere sus propiedades. Existen nanopartículas con base de carbón que presentan una excelente conductividad eléctrica y dureza o nanopartículas con base metálica, es decir, que pueden contener un núcleo de oro, plata, titanio, vanadio, etc., que se usan en biomedicina o productos de uso diario.
Por otra parte, el uso masivo de estos nanomateriales a nivel de consumidor y su dispersión a los distintos ecosistemas hace necesario que se lleven a cabo estudios toxicológicos. Estos nanomateriales poseen indudablemente características que nos hacen la vida más fácil, el problema actual radica en la falta de estudios toxicológicos que afirmen o descarten su toxicidad. Hay que tener en cuenta que aunque se haya testado ya el componente del que está compuesto el nanomaterial, no se han realizado suficientes pruebas con el mismo componente en la escala nanométrica. Además, la persistencia y bioacumulación de estos nanomateriales a lo largo de la cadena trófica no están estudiados a fondo todavía. Es por esto que los nanomateriales han generado preocupaciones en la seguridad de aquellos trabajadores que los fabrican, en los consumidores y en el efecto que puedan generar en el medio ambiente debido a su propagación. Se desconoce la forma de eliminación del cuerpo o si su biopersistencia es capaz de generar problemas. A nivel ambiental, no se sabe cómo se degradan o cuál es el destino y las consecuencias ecológicas que conlleva su dispersión. Para cerciorarnos de que estos nanomateriales no generan un perjuicio para la salud es necesario el desarrollo de ensayos y tests toxicológicos optimizados para testarlos ya que, por su reactividad, pueden dar falsos negativos o falsos positivos en los test toxicológicos.
Referencias:
1. Mélanie Auffan, Jérome Rose, Jean-Yves Bottero, Gregory V. Lowry, Jean-Pierre Jolivet y Mark R. Wiesner (2009). Towards a definition of inorganic nanoparticles from an environmental, health and safety perspective. Nature Nanotechnology, 10 (1), pp: 634-641.
2. Pedro A. Serena-Domingo (2010). La Nanotecnología. Ed: CSIC y Catarata.
3. Descubren las fuentes de la pintura azul maya. National Geographic (20 agosto 2012). Disponible en: http://www.nationalgeographic.com.es/historia/actualidad/descubren-las-fuentes-de-la-pintura-azul-maya_6301
Recursos: La fotografía de portada es la vidriera de la Catedral de Notre Dame (París). La fotografía de la pintura maya se ha extraído del artículo de National Geographic y su autor es Doug Stern.
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